MI PQUEÑO HOMENAJE A UNA GRAN PERSONA, COMPAÑERA Y
AMIGA, COMO NO PODIA SER DE OTRA MANERA EXTREMEÑA TAMBIEN.
JULIA DEL VIEJO (DEP)
Medallas de Extremadura Unidad de Coordinación
Regional de Trasplantes
Julia del Viejo COORDINADORA
DE LA UNIDAD DE TRASPLANTES : "En Extremadura hay más de 200 familias a la
espera de una llamada de teléfono"
E. DE PRADOE. DE PRADO
05/09/2005
05/09/2005
Tesón Julia del Viejo trabaja en
trasplantes desde 1989. - Foto:SANTI GARCIA
DATOS BIOGRAFICOS NACIO EN OLIVA DE MERIDA. ESTA
CASADA Y TIENE DOS HIJOS. SE DIPLOMO EN ENFERMERIA POR LA UEX EN 1980.
TRAYECTORIA COMENZO A TRABAJAR EN LA UNIDAD DE TRASPLANTES
EN 1989. EN 1992 FUE COORDINADORA DEL INFANTA CRISTINA Y DESDE EL 97 DE LA
REGION
Hasta en dos ocasiones interrumpió el sonido del
teléfono del móvil de Julia del Viejo esta entrevista. "No puedo dejar de
cogerlo", se disculpó la coordinadora de la Unidad de Trasplantes de
Extremadura. La primera de esas llamadas fue de la hija de un paciente que
espera un trasplante de hígado, operación que aún no se hace en Extremadura.
Julia le explicó al detalle todos los pasos a seguir cuando llegue un órgano
compatible y su padre sea trasladado al Hospital 12 de Octubre de Madrid sin
olvidar, además, preguntar por el estado de ánimo de la familia y el enfermo.
--Su teléfono está activo a cualquier hora. ¿Tantos
años de dedicación a los trasplantes no llega a ser agotador?
--Siempre doy mi número porque como la experiencia es
la madre de la ciencia puedo dar algunos consejos que vienen bien. Muchas veces
te agotas y hay que ser fuerte para salir de un fallecimiento, jamás pude irme
a casa y olvidarme del drama de una familia y te cuesta trabajo recuperarte
para el próximo. Pero es que el próximo es la oportunidad de muchos pacientes y
no la puedes dejar pasar.
--¿Cómo ha recibido la Unidad de Trasplantes la
Medalla de Extremadura?
--Es un reconocimiento al trabajo de muchas personas.
Sin donantes no hay trasplantes. Es una medalla para todos, incluida la
población. Hay que dar las gracias a muchas, muchas personas, sobre todo a
todas las familias de donantes extremeños.
--¿Cómo es el trabajo del día a día en este servicio?
--Las unidades de trasplantes están en los hospitales,
en el Infanta Cristina, en el San Pedro de Alcántara, en el de Mérida,
Plasencia y Don Benito-Villanueva. Pero nuestros profesionales en los
hospitales están muy preparados desde hace años para el tema de la donación.
Por eso, nosotros trabajamos en la promoción de la
donación en la comunidad. Teníamos grandes problemas a la hora de la petición
de órganos. La negativa familiar en la comunidad era muy alta, hace tres años
estábamos en un 40% de negativas y ahora ya estamos en un 20%. La media
nacional es del 19%. Tenemos que saber hacer llegar las bondades del
trasplante.
--¿Cuáles son esas bondades?
--En Extremadura hay más de doscientas familias
pendientes a una llamada de teléfono esperando un órgano. Cuando les llegue el
trasplante, esas personas verán mejorada de forma increíble su calidad de vida
y en ocasiones el trasplante supondrá salvarles la vida. Muchos de ellos están
en una situación de auténtica exclavitud con su enfermedad, por ejemplo los que
se tienen que someter a diálisis.
--¿Se cumple el tópico de que en los ámbitos rurales
hay más reticencias que en los urbanos?
--No, en absoluto. No hay definido el perfil de un
donante. Cada donante es un mundo y cada familia vive su pena y su duelo de una
manera distinta.
--En todo este tiempo se habrá enfrentado a cientos de
historias ¿alguna que recuerde especialmente?
--Recuerdo una de hace nueve años cuando la donación
no estaba tan extendida. Una familia perdió a un hijo de 16 años en un
accidente y los padres decidieron donar. Me sorprendió porque los padres me
pidieron que fueramos muy cuidadosos para que la abuela, de 90 años, no se
enterara. Pero cuando le comentaron a la abuela que el joven había fallecido,
lo primero que preguntó fue que cómo era posible que no se pudiera ayudar a
nadie con lo que hablaban de los trasplantes porque ella ya había perdido a su
nieto.
--Trabajar en este área también le habrá reportado
muchas satisfacciones.
--Claro que las tiene, a mí el mundo de la donación de
órganos me ha aportado mucho en mi vida, personal y profesional. Ves la bondad
de las personas, aunque te digan que no. Tampoco está la mente humana
capacitada para que en ese momento de crisis total de la pérdida de un ser querido
digas siempre que sí.
Fuente el Periodico Extremadura (5/09/2005)
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